Depredadores de Búhos y Lechuzas

¿Cuáles son los depredadores de los búhos?

Cuando los búhos son pequeños tienen mayor probabilidad de ser víctimas de otros animales, pero en general, estas  aves de presa tienen pocos depredadores. Un depredador es todo animal que caza y se aprovecha de otros para sobrevivir, por lo regular, matándolos para alimentarse. No es muy común que grandes carnívoros como los felinos capturen búhos con la intención de comer su carne, pero sucede.

Los estrigiformes son aves construidas para la caza nocturna, es por eso que gozan de un oído y una vista privilegiados, pero a veces eso no basta para sobrevivir. Los depredadores de los búhos y las lechuzas son animales tan o más grandes que ellos, dotados de características como velocidad y astucia. Entre estos animales se encuentran principalmente reptiles, mamíferos carnívoros y otras aves de presa. En específico, pueden mencionarse águilas, halcones, zorros, serpientes, mapaches, gatos domésticos, armiños, cuervos y grandes búhos, en especial el búho cornudo.

Entre sus principales depredadores se encuentran reptiles, mamíferos carnívoros y otras aves de presa.

El número de depredadores y las especies a las que estos pertenecen varían entre los muchos tipos de búhos. Algunos tienen que cuidarse de mayor cantidad de enemigos, mientras que otros tienen una vida más tranquila ya que casi ningún animal los perturba. Existen otras especies de las que casi nada se sabe sobre su depredación.

De acuerdo con muchas observaciones y estudios, uno de los que más depredadores tiene es el búho chico (Asio otus), un ave mediana que puede ser presa de mapaches, puercoespines, busardos ratoneros, serpientes de Gopher, halcones peregrinos, águilas reales, busardos colirrojos, azores comunes, busardos hombrorrojos, cárabos norteamericanos, búhos americanos y hasta aves pequeñas pero astutas como las urracas comunes. Por el contrario, el búho americano (Bubo virginianus) adulto carece de depredadores; a veces los cuervos y los mapaches se roban los huevos para comerlos.

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Otros casos de depredación:

-El nido de la lechuza común (Tyto alba) puede ser atacado por serpientes y armiños. Se sabe que búhos americanos han atacado a individuos adultos. Las subespecies deben cuidarse de águilas reales, milanos reales, azores comunes, halcones peregrinos, busardos ratoneros, halcones borníes y cárabos comunes.

-El búho real (Bubo bubo), una de las especies más grandes, no es fácil de atrapar, pero puede ser presa de carnívoros durante sus primeras semanas de vida.

-Al tecolote occidental o autillo californiano (Megascops kennicottii) se le conocen algunos depredadores: búhos americanos, cárabos californianos, cárabos norteamericanos, mapaches, serpientes de Gopher y cuervos. Los huevos y los polluelos suelen ser los más afectados.

-El autillo bigotudo (Megascops kennicottii), una especie poco conocida en comparación con el búho real y el búho americano, también tiene depredadores. Sus nidos pueden terminar bajo coatíes, mapaches y culebras oliva, en tanto que los cárabos californianos y los gavilanes de Cooper son capaces de atacar a los adultos.

Estrategias de defensa

La coloración moteada de muchas especies de búho, como el cárabo lapón, les permite camuflarse entre los troncos de los árboles y pasar desapercibidos ante los ojos de muchos animales. Gracias a esta adaptación pueden dormir seguros durante el día, ocultos de los demás carnívoros potencialmente peligrosos. Esta es su primera estrategia de defensa.

Una vez que se sienten en peligro, los búhos erizan sus plumas, bajan la cabeza y emiten sonidos amenazantes.

Sin embargo, no siempre son “invisibles”, y los huevos son más fáciles de avistar puesto que su color blanco es llamativo. Ellos confían en su visión para detectar presas, pero también para avistar enemigos. Una vez que se sienten en peligro, los búhos erizan sus plumas, bajan la cabeza y pueden extender las alas, al mismo tiempo que emiten sonidos amenazantes; en caso de tener un nido, vuelan en círculos alrededor de él, exteriorizando su intención de protegerlo. Las lechuzas chasquean el pico y extienden la cola y las alas; si el enemigo no se aleja, proceden a silbar y mover la cabeza hacia arriba y hacia abajo. Si aún así el intruso permanece, atacan con las garras o el pico.

En algunos pocos casos, como el de Asio otus, varios individuos con nidos cercanos entre sí se encargan de defenderlos ante la proximidad de un depredador.

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