Búhos y Lechuzas en la Cultura

Distribuidos en la mayor parte del mundo, los búhos han estado presentes en casi todas las culturas humanas. Desde los imperios más antiguos hasta la humanidad contemporánea, estas aves han figurado en historias de tradición oral y en historias transmitidas en medios de comunicación que han elevado su popularidad.

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Mitología

Con algunas excepciones, las personas asocian a los búhos con la noche, la oscuridad y hasta con lo sobrenatural, debido a que son animales fácilmente encontrados despiertos por la noche, en medio de un aura de misterio. Algunas de las referencias más antiguas de los búhos en la cultura humana se hallan en la región donde se asentó el Imperio Acadio, pues se piensa que Lilith, un demonio femenino, era asociada con las aves. De hecho, como depredadores nocturnos se les asoció desde temprano con la noche, lo femenino, la luna, la muerte, la magia y los sueños. El hecho de que algunas especies, como la lechuza de los campanarios, vivan en cementerios y edificios ruinosos, reforzó la concepción negativa hacia ellos.

El hecho de que algunas especies, como la lechuza de los campanarios, vivan en cementerios y edificios ruinosos, reforzó la concepción negativa hacia ellos.

La relación entre los búhos y lo femenino aparece muchas veces en los mitos antiguos; ciertas características de ellos eran atributos de diosas, espíritus femeninos, parteras, brujas y hasta mujeres sabias. La palabra latina Strix, que nombra un género de búhos, significa, además de búho, mujer o bruja, si bien en la mitología griega Strix era un ave de mal agüero que consumía sangre y carne humanas. En Babilonia, el ululato nocturno de un búho representaba el llanto de una mujer que había muerto durante el parto y que buscaba a su hijo.

En general, en ciertas culturas paganas del Oriente, ver búhos era considerado de mala suerte, pero esta connotación negativa no era exclusiva de dicho continente. Los kĩkũyũ de Kenia creían que si una persona los veía o escuchaba su ululato, alguien iba a morir próximamente. Asimismo, los aztecas y mayas de Mesoamérica pensaban en ellos como símbolos de muerte y destrucción; Mictlantecuhtli, el dios azteca de la muerte, era frecuentemente representado en compañía de búhos. En otras partes de África se creía que estos estaban poseídos por demonios, mientras que los aborígenes australianos pensaban que el búho era hijo de un espíritu medio humano.

En otras culturas podían tener una imagen más benévola, ya que se les consideraba acompañantes de las diosas. Por ejemplo, en el hinduismo suele representarse a la diosa Lakshmi montando un búho blanco, cuyos ojos grandes simbolizan la visión aguda durante la noche; esto es visto como un presagio de prosperidad. En la cultura japonesa, muchas especies eran consideradas mensajeras divinas de los dioses; no así la lechuza común y muchos búhos con plumas largas en la cabeza a modo de cuernos. En ciertas partes de Asia, las personas creían que los estrigiformes podían alejar el mal.

A veces, los búhos eran símbolos de la muerte, pero esto no significaba necesariamente que fueran vistos como animales malévolos. Era el caso en el Antiguo Egipto, cultura que incluso momificó ejemplares. El jeroglífico que los representaba simbolizaba la noche, el frío y la pasividad.

En Babilonia, el ululato nocturno de un búho representaba el llanto de una mujer que había muerto durante el parto y que buscaba a su hijo.

Es hasta las décadas recientes que los búhos han emergido de forma más acentuada como símbolo del conocimiento y el saber. El mochuelo de Atenea es un símbolo de antiguas raíces griegas que ha sido muy utilizado como emblema de la filosofía, el conocimiento, la sabiduría y la erudición. Aún existen muchas figuras de la diosa acompañada de búhos. Aunque se desconoce con certeza el origen de esta relación, desde un principio Atenea era la diosa de las artes y las habilidades, por lo que su acompañante pasó a formar parte de esta visión.

A partir del simbolismo anterior, muchas instituciones educativas han adoptado la figura del búho en su imagen.

Cultura popular

Puede nombrarse cientos de ejemplos de búhos como personajes en libros, películas, videojuegos, historietas, etcétera. Aparecen en muchos libros y cintas para niños, en donde comúnmente se les muestra como criaturas sabias. Sus incursiones más conocidas están en películas y series de la factoría Disney, como El zorro y el sabueso (The Fox and the Hound, 1981), Bambi (Bambi, 1942) y Winnie the Pooh, basadas en sus respectivas novelas. En Alicia en el país de las maravillas (Alice in Wonderland, 1951) también aparece una criatura con forma de búho, y en La espada en la piedra (The sword in the Stone, 1963), el búho Arquímedes funge como acompañante del mago Merlín.

En la saga literaria y cinematográfica de Harry Potter, de J. K. Rowling, los estrigiformes son criaturas mágicas que tienen la tarea de llevar el correo de los magos y brujas. Harry, el personaje principal, tiene una lechuza llamada Hedwig, que lo acompaña en algunas de sus aventuras. En la película Ga’Hoole: la leyenda de los guardianes (The Legend Of The Guardians: The Owls of Ga’hoole, 2010), basada también en una serie de libros, una lechuza común vive grandes sucesos junto con otras especies de estrigiformes.

Y ¿cómo no reconocer a los tres búhos de la imagen de Sanborns, empresa mexicana, y al búho de la paleta Tootsie Pop? En el programa infantil Sesame Street aparece el búho Hoots, que toca el saxofón; por otra parte, Owly es el nombre de una serie de novelas gráficas escritas por Andy Runton. En el mundo de las leyendas y los juegos de rol aparece Owlbear, una criatura representada como una cruza entre un búho y un oso.

Existen muchos casos más, ¿recuerdas otros?

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